Evaluación Crítica e Integradora del Ordenamiento Territorial en Mendoza
La ambiciosa ley de Ordenamiento Territorial, entre el éxito normativo y el difícil desafío de una implementación que transforme la realidad.
“Lo que este informe revela no es un vacío, sino un motor sofisticado que, por una combinación de inercias institucionales, falta de voluntad política y presiones fácticas, opera a una fracción de su capacidad.”
El ordenamiento territorial en Mendoza ha logrado un diseño normativo avanzado con la aprobación de casi todos los planes municipales, un hito a nivel nacional.
Sin embargo, su implementación enfrenta desafíos críticos que limitan su capacidad para transformar la realidad. La brecha de ocho años en la aprobación del Plan Provincial consolidó patrones de crecimiento que la ley buscaba revertir, dejando planes que, aunque formalmente correctos, carecen de fuerza regulatoria.
Instrumentos clave como la captura de plusvalías y las Evaluaciones de Impacto Territorial no se aplican, debilitando el sistema financiero y de fiscalización. La gobernanza interjurisdiccional es ineficaz para resolver conflictos y hacer cumplir las directrices provinciales. Además, la gestión del agua, crucial en Mendoza, no se ha integrado de forma vinculante en las decisiones de zonificación.
El éxito futuro del sistema dependerá de activar estos instrumentos y fortalecer la capacidad institucional.
“Las políticas de talla única no funcionan (One-size-fits-all’ policies are not effective).”
Investigación:
Evaluación Crítica e Integradora del Ordenamiento Territorial en Mendoza
RESUMEN (ABSTRACT)
El trabajo evalúa críticamente el sistema de Ordenamiento Territorial de Mendoza y detecta una brecha persistente entre un diseño normativo avanzado y su ejecución efectiva. Pese a la alta coherencia PPOT→PMOT, la implementación de instrumentos clave (captura de plusvalías, EIT) es débil; la gobernanza provincia–municipios resuelve mejor la asistencia que el control; y el nexo OT-agua carece de un procedimiento vinculante. Se propone activar palancas financieras, profesionalizar el enforcement, institucionalizar una mesa de resolución de conflictos, nivelar capacidades municipales y exigir un certificado de factibilidad hídrica. El foco cambia de “planificar” a “hacer cumplir”, con SIAT/UGDT y tableros de indicadores como base de gestión y rendición de cuentas.
La evaluación integra siete ejes (alineación PPOT→PMOT, gobernanza, instrumentos/enforcement, borde urbano-suelo-riesgos, agua y clima, financiamiento/palancas, SIAT/indicadores/participación) y asigna un puntaje consolidado de 53/100, indicativo de una fase temprana de implementación con riesgos críticos.
Los principales hallazgos: (i) “inocuidad por cumplimiento”: planes metodológicamente correctos sin fuerza regulatoria suficiente; (ii) “caja de herramientas vacía”: plusvalías y EIT apenas conceptualizadas; (iii) nudo de gobernanza APOT/CPOT–municipios con baja capacidad de control y resolución de conflictos; (iv) desigualdades municipales que profundizan brechas territoriales; (v) vínculo OT-agua no operacionalizado, con alto riesgo sistémico.
Se recomiendan cinco líneas de acción: activar captura de plusvalías con pilotos y ordenanzas modelo; condicionar fondos a datos operativos en SIAT/UGDT; formalizar una mesa técnica obligatoria para controversias; crear un fondo concursable que fortalezca municipios con menor capacidad; y establecer por ley un Certificado de Factibilidad Hídrica vinculante.
La hoja de ruta prioriza “quick wins” (observatorio de OT con KPIs públicos, convenio APOT-DGI) y medidas estructurales (ley de inversión pública territorial, cuerpo interjurisdiccional de fiscalización, AEIT del PPOT). Tres escenarios 2025–2035 enmarcan la decisión estratégica: inercial (década perdida), OT-Activo (modelo realizado) y estado mínimo (tormenta perfecta).
El éxito depende de cerrar la brecha entre norma y terreno, financiando la implementación, profesionalizando el enforcement, y gobernando con evidencia—oportunidad para que Mendoza consolide su liderazgo nacional en OT basado en datos, agua y reglas claras.